Según datos, hasta 1900 no se tiene constancia de ningún vehículo matriculado en nuestro país. Aunque esto parezca extraño, existe un motivo muy sencillo, no existía legislación para identificar a los automóviles y mucho menos, colocar una matrícula a un automóvil. Se estaba gestando el nacimiento de las matrículas. La primera matrícula de la que se tiene constancia, tiene fecha del 31 de octubre de ese mismo año y corresponde a un Clement propiedad de José Sureda, de Santa catalina, Palma de Mallorca.
Durante el mismo año aparecieron otras 3 matrículas, una más en la misma provincia y dos matrículas más en Cáceres y Salamanca. Desde entonces el parque automovilístico no ha dejado de crecer y las matrículas ya eran una realidad. El inicio de cambios en cuanto a normativas había empezado.
Desde el 1900 hasta 1907 cada vehículo disponía de una doble numeración en sus matrículas. Una numeración era otorgada por el ayuntamiento con la que se podía circular por el municipio y alrededores. Otro matrícula era expedida por el Gobierno Civil de entonces, que ampliaba los límites hasta la provincia. Dado que el parque automovilistico no dejaba de crecer, las autoridades de aquel tiempo decidieron regular de una manera única las matriculas. El objetivo era encontrar matrículas, su propietario, localidad, dirección, infracciones, multas, etc, en definitiva localizar los datos de un vehículo de una manera rápida. Recordar que estamos en el año 1907 y que no existían medios automáticos por aquel entonces y encontrar una matrícula podría resultar una tarea tediosa.
lunes, 30 de abril de 2012
viernes, 27 de abril de 2012
Historia de las matrículas (II) - Primeros automóbiles y matrículas
Cuando a finales del siglo XIX comenzaron a circular por los caminos de España unos raros artilugios denominados automóviles, nada hacia sospechar la magnitud y popularidad que alcanzaría. Tan solo unas décadas mas tarde, este nuevo medio de transporte, revolucionaría el mundo entero.
Unos por miedo o por desconocimiento y otros por la imposibilidad económica de adquirilo, cierto es que el mercado del automóvil, en sus comienzos, era prácticamente insignificante.
¿Cúal fue el primer automóvil en circular por nuestro país? ¿Qué marca y modelo? Tras consultar con varios medios, ha día de hoy no existe una respuesta clara.Ni siquiera, fechas, modelos, ni el propio propietario. Si descartamos la incipiente y efímera industria automotriz basada en los motores a vapor o eléctricos.
Parece ser que el primer automóvil que con motor de gasolina a España fue en 1881, importado de Francia, modelo Panhard Levassor que circuló por tierras asturianas.
Unos por miedo o por desconocimiento y otros por la imposibilidad económica de adquirilo, cierto es que el mercado del automóvil, en sus comienzos, era prácticamente insignificante.
¿Cúal fue el primer automóvil en circular por nuestro país? ¿Qué marca y modelo? Tras consultar con varios medios, ha día de hoy no existe una respuesta clara.Ni siquiera, fechas, modelos, ni el propio propietario. Si descartamos la incipiente y efímera industria automotriz basada en los motores a vapor o eléctricos.
Parece ser que el primer automóvil que con motor de gasolina a España fue en 1881, importado de Francia, modelo Panhard Levassor que circuló por tierras asturianas.
domingo, 22 de abril de 2012
Historia de las matrículas (I) - Los principios
Los primeros privilegiados poseedores de un automóvil en España pertenecían a las clases más acomodadas, burgueses o ricos comerciantes. Eran los únicos que podían permitirse semejante lujo.
Las primeras unidades que circularon por aquel entonces, no disponían de ninguna matrícula identificativa que diera alguna pista sobre su procedencia o propietario. Por este motivo, muchos de los accidentes causados por la imprudencia y temeridad del conductor, quedaban impunes ante la justicia.
La legislación vigente de la época, así como las infraestructuras tuvieron tambien que adaptarse al nuevo medio de transporte pues en tan solo una década, ver circular un automóvil por las grandes ciudades, paso de ser algo extraño a convertirse en habitual.
Las primeras unidades que circularon por aquel entonces, no disponían de ninguna matrícula identificativa que diera alguna pista sobre su procedencia o propietario. Por este motivo, muchos de los accidentes causados por la imprudencia y temeridad del conductor, quedaban impunes ante la justicia.
La legislación vigente de la época, así como las infraestructuras tuvieron tambien que adaptarse al nuevo medio de transporte pues en tan solo una década, ver circular un automóvil por las grandes ciudades, paso de ser algo extraño a convertirse en habitual.
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