Un nuevo carné de conducir, que será único para toda la Unión Europea entro en funcionamiento el pasado sábado 19 de enero. El objetivo de aunar criterios de expedición, reducir a únicamente a uno los más de 100 formatos distintos que existen actualmente en la UE y también evitar las posibilidades de fraude de conductores en Estados miembros distintos al propio.
Se trata de un permiso plastificado del tamaño similar a una tarjeta de crédito, muy parecido al modelo español. Además de incluir en su anverso los datos personales del titular y en el reverso, las categorías de vehículo que está autorizado a conducir el titular. Cada país tendrá la libertad de introducir pequeñas modificaciones en su diseño, igual que las matrículas europeas.
Tampoco afectará al llamado carné por puntos que ya está implantado de distinta manera en la mayoría de los Estados miembros, pero que no está sometido a una regulación comunitaria, según han explicado expertos de la Comisión Europea.
Para reforzar la seguridad se desea evitar que un conductor pueda acumular permisos de conducir de varios Estados miembros con los que evitar sanciones o conseguir un carné de conducir cuando le ha sido retirado el de otro país de la UE.